martes, 17 de julio de 2007

Reseña Histórica

Por Berta
Si bien la mezcla de razas entre los medos y los persas dio origen a los célebres pedos y a los dignos mersas, hubo tiempos turbulentos que ambos pueblos estaban enemistados.

En la antigua Sahumeria, tierra de gente perfumada, se desató una batalla por la liberación de la reina de los medos, María Leal. Los persas la habían raptado porque les pintó, aunque otros afirman que el rapto se debió a una lucha de poder y no a una lucha de querer ('sal amé et pherné con qola', que en antiguo sumiso significa 'vi luz y subí').

La batalla por la reina María fue tan sangrienta (los libros de la Britania la recuerdan como 'Bloody Mary') que en menos de dos lunas se acabaron las reservas de curitas y las obras sociales colapsaron.

Los medos consiguieron capturar todos los ceniceros persas y Persia ardió en llamas (si no, ¿en qué va a arder?) ya que las afamadas alfombras persas no eran ignífugas. '¡Arde Troya!' gritó un turista perdido, y lo sometieron a torturas indecibles. Por eso no las digo.

Negociaron el intercambio y los persas recuperaron sus ceniceros y la reina María Leal fue liberada. En la celebración por la paz renovada, bebieron aperitivos diversos y criollitas con paté porque la reina estaba muy cansada luego del secuestro para andar lavando platos.
En un monolito (que quedó bastante feo, casi un perrolito, afirman algunos para que no se caiga), tallaron una frase para rememorar la unión: '¡volare, oh oh, allelujah!' (en sumiso, '¡Gloria y trevi para los pueblos unidos! ¡Dale, Luya!').

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